Normalmente cuando tenemos un negocio, solemos tener que realizar presentaciones, reuniones, exposiciones del nuevo producto o del nuevo proyecto o cursos para formar a nuestro personal.
Y, aunque tenemos mucha práctica hablando en público, siempre surgen nervios a última hora. En nuestro centro de negocios hemos comprobado un par de trucos que ayudan a nuestros clientes a superar estos nervios.
Atentos, que seguro que si seguís estos pasos vuestra presentación irá sobre la seda.
1#-Tener todo listo.
Es uno de los trucos fundamentales. Si sabemos que tenemos toda la presentación perfecta, que no falta nada, que todos los contenidos están en orden, todo irá de perlas.
Puedes pedirle a alguien de confianza que te haga de juez. Si expones delante de personas que no tienen nada que ver con la futura exposición, te quitarás los nervios de exponer delante de expertos, o tenerla presión de tener que convencer a los clientes.
Este método, te ayudará a soltarte en el diálogo, ver qué pausas necesitas seguir, ver en qué cosas necesitan hacer mayor hincapié y podrás corregir posibles fallos de última hora que, con las prisas no llegamos a ver. También es importante para poder ver qué preguntas o dudas tendrá nuestro público y llevarlas ya preparadas de antemano.
Tener la total certeza de que nos sabemos al dedillo nuestra exposición y que tenemos todas las posibles variables controladas, hará que nos sintamos más seguros sobre el terreno y dejemos de lado los nervios.
2#-Saber dónde vamos a exponer.
Otro de los trucos que recomendamos usar, es acudir a ver el sitio donde vamos a exponer y hacer la exposición sin público.
Y es que, aparte de sabernos nuestra exposición o discurso, otro de los motivos de principal nerviosismo es la duda de si van a funcionar los equipos, si cabe toda la gente, si van a estar demasiado cerca, no saber si funcionan los enlaces, el audio… Todo ello tiene fácil solución: acudir un día y pedir que te dejen usar la sala de exposiciones donde lo vayas a hacer. Allí podrás comprobar cómo se encienden los proyectores, el volumen que necesitas para los vídeos o para los micrófonos, etc…
A todos nos cuesta mucho salir de nuestra “zona de confort”, ese sitio que nos conocemos a dedillo y enfrentarnos a algo desconocido. En este caso, si ya sabes cómo es y cómo funciona la sala de reuniones, no tendrás ese problema.
3#-Profecía autocumplida.
Esta teoría psicológica se refiere a que actuamos como pensamos y que, si al final tenemos la certeza de que algo va a ir mal, inconscientemente dejamos que pase. O en estos casos nos ponemos más nerviosos, más inseguros y eso le llega a nuestro público.
Si ya tenemos controlado que nuestro discurso está en orden, sabemos dónde tenemos todo lo que necesitaremos a la hora de exponer. Ahora ya solamente nos queda imaginarnos exponiendo y a la gente de pie aplaudiendo.
Este truco lo usan muchos oradores expertos, se imaginan las caras de su público, a ellos allí arriba exponiendo y todo saliendo de maravilla. Cuando de verdad pasa es como repetir una historia que ya nos conocemos de memoria.
4#-Ayúdate del consejo de profesionales.
En nuestro centro de negocios en Madrid, te atenderán profesionales que han visto infinidad de reuniones, presentaciones o cursos. Si tienes la más mínima duda acerca de la dinámica o de cómo quedaría algo mejor en las salas, simplemente pregúntales.
Y, es que, contar con profesionales que te respaldan en todo y tener unas instalaciones que están pensadas para que tú solamente tengas que preocuparte de dar tu discurso y de nada más, alivia mucho.